Caperucita Roja
Erase una vez una niña que se llamaba Caperucita Amarilla.
- ¡No Roja!
-¡AH!, sí, Caperucita Roja. Su mamá la llamó y le dijo: "Escucha
Caperucita Verde..."
- ¡Que no, Roja!
- ¡AH!, sí, Roja. "Ve a casa de tía Diomira a llevarle esta piel de planta herbácea anual, de la
familia de las Solanáceas, originaria de América y cultivada hoy en casi todo
el mundo, con tallos ramosos de cuatro a seis decímetros de altura, hojas
desigual y profundamente partidas, flores blancas o moradas en corimbos
terminales, fruto en baya carnosa, amarillenta, con muchas semillas blanquecinas,
y raíces fibrosas que en sus extremos llevan gruesos tubérculos redondeados,
carnosos, muy feculentos, pardos por fuera, amarillentos o rojizos por dentro y
que son uno de los alimentos más útiles para el hombre."
- No: "Ve a casa de la abuelita a llevarle este pastel".
- Bien. La niña se fue al bosque y se encontró a una mamífero
rumiante, indígena de África, de cinco metros de altura, cuello largo y
esbelto, las extremidades abdominales bastante más cortas que las torácicas,
con lo que resulta el cuerpo más bajo por detrás; cabeza pequeña con dos
cuernos poco desarrollados, y pelaje de color amarillento con manchas leonadas.
- ¡Qué lío! Se encontró al lobo, no a una jirafa.
- Y el lobo le preguntó: "¿Cuántas son seis por ocho?"
- ¡Qué va! El lobo le preguntó: "¿Adónde vas?".
- Tienes razón. Y Caperucita Negra respondió...
- ¡Era Caperucita Roja, Roja, Roja!
- Sí y respondió: "Voy al sitio público destinado permanentemente, o en
días señalados, para vender, comprar o permutar bienes o servicios a comprar
salsa de tomate".
- ¡Qué va!: "Voy a casa de la abuelita, que está enferma, pero no
recuerdo el vía
que se construye para transitar”.
- Exacto. Y el caballo dijo...
- ¿Qué caballo? Era un lobo
- Seguro. Y dijo: "Toma el vehículo que circula sobre raíles en el interior
de una ciudad o sus cercanías y que se usa principalmente para transportar
viajeros número setenta y cinco, baja en la plaza de la
Catedral, tuerce a la derecha, y encontrarás tres peldaños y una moneda en el
suelo; deja los tres peldaños, recoge la moneda y cómprate un chicle".
- Tú no sabes explicar cuentos en absoluto, abuelo. Los enredas todos. Pero
no importa, ¿me compras un chicle?
- Bueno: toma la moneda.
Y el abuelo siguió leyendo el dicho de un impreso: Que se publica con
determinados intervalos de tiempo.
Os deseo una buena Semana Santa, y que disfrutéis de ella.
CORRECCIÓN.
CORRECCIÓN.
Andrés.
Muy bien Andrés,
lo único que has fallado con lo del melón, no es un melón, es una patata (o “potato” si lo prefieres en inglés),
salvo esa equivocación veo que has cogido muy bien el cuento. Las imágenes que
has cogido han sido muy buenas, y estoy muy contento con tu trabajo. Veo que
eres un alumno aplicado, tiene que estar tu profe encantado contigo.
Muy bien hecho
"melón", jajajajajajajaja.
Marcos.
He de decirte una
buena noticia, no eres tan "melón" como tu compañero Andrés, porque tú
sí que has acertado con la patata, así que apúntate una. Pero,
desafortunadamente, al final del cuento tienes unas equivocaciones; no es un
tren, es un tranvía, y...no es un libro, es un periódico. Pero vamos, muy bien
tu trabajo, y he de añadir, que la foto del Mercadona me ha "matao",
no he parado de reírme, un puntazo esa imagen.
Muy buen trabajo
Marcos, espero que sigas así en lo que te queda de curso, que ya es poquito.
Buenos chicos
estoy muy contento con los dos por vuestro trabajo, así que felicidades.